El último adiós: protocolos de cementerios durante la pandemia

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Eleonor Oviedo Castillo / Agencia Uno

En los últimos días se ha abierto el debate sobre los protocolos de entierros e incineraciones de fallecidos por coronavirus, a raíz del aumento en la cifra de muertes en el país, y las estrictas medidas que hacen una tarea cuesta arriba dar el último adiós.

El último reporte del Ministerio de Salud, entregado el 6 de julio, reveló que las muertes asociadas a COVID-19 alcanzan las 6.384. Sin embargo, el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), cifró las muertes en 10.159, 7.057 corresponden a casos confirmados y 3.102 sospechosos.

Tras estos números, hay familias que no han podido despedirse de sus allegados, debido a los estrictos protocolos establecidos por las autoridades sanitarias de Chile, para evitar la propagación del virus.

Según el Ministerio del Salud, el protocolo establecido para las ceremonias en tiempos de pandemia, señala que “todo proceso funeral (tanto velorio, ceremonia o entierro) debe tener una duración máxima de 90 minutos”. Además, indican que se debe restringir la asistencia a 20 personas del núcleo directo del fallecido, y no se debe incluir a quienes deban cumplir cuarentena por ser contacto estrecho. También, queda prohibida la celebración en domicilios y se recomienda no utilizar decoración, entre otros.

Diego Chamblas, subgerente de Negocios del Cinerario La Recoleta, detalló cuál es el procedimiento en el recinto, considerando las indicaciones de las autoridades de Salud. En primer lugar, se realiza la recepción del fallecido, donde una coordinadora o coordinador puede recibir hasta dos personas que realizarán los trámites, quienes deberán cumplir con algunas medidas como la toma de temperatura, limpiarse los pies y usar mascarillas de forma obligatoria.

La segunda etapa, es la tramitación. Esta consiste en reunir los papeles correspondientes para ser presentados ante la Seremi de Salud que aprobará la cineración. posteriormente, se programa el día y hora de cremación. Chamblas, precisa que anteriormente el procedimiento tenía una duración de hasta 3 días, pero por la contingencia puede durar entre 5 y 10 días.

Desde el recinto también explican que los protocolos varían para las personas que fallecen a causa de COVID-19, respecto de quienes mueren por otras razones.

Constanza Rodríguez, supervisora del cinerario, aclaró que un “servicio normal” cuenta con un responso-cumpliendo con las medidas sanitarias-a cargo de un diácono, que puede tener una duración de 10-15 minutos. En el caso de un fallecido por coronavirus, “no hay ceremonia. Viene en bolsa el cuerpo, por lo tanto la familia no puede verlo. No lo podemos velar…Por protocolo covid es directo a nuestras dependencias”, sostuvo.

La funcionaria añadió que al contar con 90 minutos, queda un margen cerrado para realizar la ceremonia. Detalló que 10 minutos antes de la llegada del cuerpo, se le avisa a los trabajadores del lugar, quienes se equipan “con elementos de protección personal. Tanto cuerpo entero, pies, gafas, mascarillas”, y, además, sanitizan la urna para poder manipularla y llevarla al interior del recinto.

En estos casos, el allegado de la víctima no tiene acceso a ese ritual de despedida, importante para el proceso de elaboración y aceptación de una pérdida, de acuerdo a expertos en salud mental. “Es súper difícil, la familia no puede ver al fallecido…Lo que más yo les pido es que se queden en sus casas. Cuando el familiar fallece por covid, es un protocolo rápido, sin velorio, sin poderte despedir de tu familiar. Eso ha sido lo más difícil”, manifestó la supervisora.

Rodríguez, insistió en que “el cuerpo covid no es manipulable. Esa es una instrucción ministerial. Por lo tanto, nosotros que nos regimos a través de un reglamento, no podemos”.

Sin embargo, por petición de algunas familias, el recinto decidió conceder la realización de acto solemne el día en que se entregan las cenizas, pues asegura que en ese momento no se corre el riesgo de contaminación.

“Luego que el cuerpo es cinerado, se contacta a la familia para comentarle que las cenizas están disponibles y se programa un retiro de cenizas. Incluso, se pueden programar algunas ceremonias para los casos de coronavirus que no pudieron tener una ceremonia con cuerpo presente en un inicio”, detalló Chamblas sobre este punto.

Los funcionarios del cinerario también señalaron que a raíz de esta contingencia han tenido que contratar más empleados y colocar turnos nocturnos para responder a la demanda que se ha incrementado en 200%, durante la pandemia.

“En un mes normal tenemos un promedio de 10 servicios diarios, ahora tenemos un promedio de 20-25 servicios diarios”, precisó Constanza Rodríguez.

Por su parte, Diego Chamblas indicó que la cantidad de cuerpos esperando en la morgue pueden llegar a 100, cuando anteriormente se contabilizaban hasta 25, por lo cual han tenido que sumar dos cámaras de frío, elevando la cantidad a tres. Además, han construido nuevos velatorios y habilitaron dos nuevas áreas de recepción, sumada a la que ya estaba, para cumplir con las solicitudes de servicio.

Finalmente, el Cementerio Católico Recoleta, donde se sitúa el Cinerario, comenzaron a habilitar fosas a un costo más accesible, para cubrir la demanda. En este nuevo tramo, el camposanto espera añadir cerca de mil tumbas.

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