Morir con dignidad: Una urna para afrontar la pandemia

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Desde que se conocieron cientos de miles de muertes en Europa por coronavirus, Nicolás Bergerie, junto a su equipo de trabajo, decidieron prepararse para afrontar la demanda que vendría con llegada del virus al país, y diseñaron ataúdes de rápida fabricación, pero dignos, según explicó.

En entrevista con Agencia Uno, el Bergerie explicó cómo fue la preparación para afrontar la demanda de féretros, ante una pandemia cuya magnitud aún era desconocida para Latinoamérica, pero que desde que llegó al país, ha cobrado la vida de más de 4.500 personas.

El empresario con 3 años en el área de fabricación, pero que creció en una familia que lleva cuatro generaciones en la industria funeraria, relató que todo comenzó cuando se alistaban para asistir a Tanexpo, una feria internacional dedicada al rubro, que se realizaría en Bologna, Italia, este año. En ese momento, trabajadores funerarios de otros países le indicaron que el evento se cancelaba porque “estaba mala la cosa” y le advirtieron que debía “prepararse”.

“Colegas nos llamaban y nos decían: Prepárense, prepárense, esto es realmente grave. Colegas de España y Estados Unidos. Finalmente, yo terminé diciéndole a nuestros clientes que estaría bueno ‘stockearse’ un poco porque podemos pasarla muy mal”, narró.

Bergerie, señaló que en ese momento “tomó consciencia” y se reunió con los jefes de cada área de su equipo para delinear estrategias que adoptarían para aumentar la producción, considerando la limitación de espacios y personal, sin que eso representara una disminución de la calidad para las personas.

Al principio, sus trabajadores estaban aún escépticos, pues pensaron que quizá la enfermedad no llegaría a Chile, pero de igual forma acordaron que era mejor “estar preparados” e idearon una urna de fabricación rápida, con menos terminaciones, de terciado, herméticamente sellada(para preservar que no se escapen los fluidos) y con un diseño similar a la que alberga los restos del Papa juan Pablo II, que buscaba dar una dar una sepultura digna en medio de la crisis.

“Entonces, diseñamos un modelo de ataúd que era muy rápido, pero que seguía siendo digno. Tenía toda la esencia de un ataúd normal”, señaló.

El joven, añadió que el modelo estuvo en pausa al principio, pero en los últimos meses, con el incremento de la demanda, los adornos, acabados, madera nativa y ventanas de vidrio de sus tradicionales “urnas de homenaje”, dieron paso a los que sus trabajadores llaman internamente “la urna covid” que, además, representaría una solución menos costosa para las familias de las personas que fallecieron con la enfermedad.

“Nosotros hablábamos de que vendíamos urnas de homenaje, donde la gente al elegir la urna sentía que homenajeaba a su familia. Ese homenaje, hoy día se ha transformado en una solución porque los funerales de coronavirus duran 90 minutos. Ese es el uso real que se le va a dar a una urna”, indicó.

El gerente precisó que la demanda de féretros pasó de 200 mensuales a un poco más del doble, pero que esto no se traduce en más ganancias para la empresa. Precisó que una urna actual, cuesta un cuarto de una urna de las más elaboradas.

“Se incrementó la demanda, pero no así las utilidades, ni los ingresos. Por cuatro de estas urnas económicas, yo antes vendía una de mis urnas normales, que eran las urnas finas. Yo solamente dupliqué la producción de urnas económicas. Entonces, estoy al 50% de los ingresos que tenía previo a la pandemia”, explicó.

Para Nicolás, este cambio en la dinámica “es mucho más rol social, de entender que si es que nosotros paramos, colapsa el sistema”.

“Cuando te dedicas a este oficio y te inculcaron valores tus padres, decirle a un cliente que no, que vamos a abandonar a su familiar, su opción de darle un funeral digno, eso es lo que te mueve(…) Aquí no es por plata, no es una industria donde vas a venir a hacerte millonario”, agregó.

Asimismo, precisó que la pandemia también ha “estresado el sistema” de suministro de insumos para garantizar que fabricar los ataúdes que cumplan con las medidas sanitarias y han tenido “que luchar para tener los materiales”.

“Es lamentable, pero cierto, hoy día vivimos los momentos de mayor demanda sobre ataúdes y eso estresa al sistema completo. Estresa al sistema de proveedores nuestros, llámese manillas, latas, los insumos nosotros necesitamos para llegar a fabricar un producto terminado que es una caja de homenaje”, puntualizó.

Asegura que si bien invirtieron en mayor cantidad de materiales previamente, “nadie dimensionó la cantidad de demanda que iba a haber”.

Los trabajadores de esta empresa familiar, también se han visto afectados por fallecimientos de cercanos a causa del coronavirus.

“Mi primer cliente, y muy buen amigo, falleció producto de la pandemia, de 36 años. Cliente al que queríamos muchos, era muy regalón. El fue el que confió en mi hace tres años. Nos hizo una reserva de una urna el día viernes, el sábado nos llaman para decirnos que se hospitalizó…A los 10 días nos llaman para decirnos que falleció. Nos quebramos todos”, lamentó.

Tanto Nicolás, como sus empleados y familiares que trabajan en el taller, hicieron un llamado a la consciencia, que aseguran es una de las vías para frenar el virus y las muertes que arrastra.

“Al final del día nos puede pasar a cualquiera. Quizá una de las urnas que están haciendo los maestros hoy día, la va a tener que usar un familiar al que querían mucho o incluso ellos, nadie está ajeno”, concluyó.

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